Una estrategia proactiva para el mantenimiento| 1 min lectura
Ajustar sus sistemas de control industrial de una estrategia reactiva a una proactiva
El mantenimiento reactivo o correctivo es un comportamiento tardío, que suele ser la respuesta ante la presencia de un evento que compromete la operación y buen funcionamiento de una línea de negocios.
Predecir fallos en el pasado resultaba una tarea casi imposible, así que las averías solo eran atendidas una vez que se detectaban, con el efecto que la producción debía detenerse por períodos de tiempo impredecibles. Además de las consecuencias o efectos colaterales como daños irreparables en equipos o elementos costosos.
Actualmente existen suficientes recursos para adelantarse en está serie de movimientos estratégicos, especialmente cuando nuestro core business involucra procesos críticos e indispensable para la buena marcha del negocio.
Una evaluación de los reportes, informes y archivos históricos del proceso de mantenimiento puede dar cuenta si las actividades se centran en reacciones. Esta situación, generaría una alarma porque los «costes de mantenimiento reactivo son hasta tres veces superiores a los planificados«. También notaríamos si la estrategia esta bien encauzada.
En conclusión, la estrategia proactiva bien estudiada y cuidadosamente planificada generará frutos positivos. En este sentido, deberá iniciarse por el análisis para entender los fallos y la disponibilidad del sistema; análisis de criticidad para comprender la probabilidad y la gravedad del impacto de los fallos; optimización de piezas para decidir cual es el nivel óptimo en stock; reparación vs. análisis de reemplazo – para estimar los costes de reparación vs. el reemplazo; y finalmente, análisis de vulnerabilidad para identificar futuros fallos.
Equipo Gemat